Un eje verde con autopistas para bicis y 5.000 viviendas coserá los barrios del sur de Valencia

Un eje verde con autopistas para bicis y 5.000 viviendas coserá los barrios del sur de Valencia



El Corredor Verde Sur de València ya tiene diseño ganador. De las tres propuestas que se presentaron al concurso de ideas convocado por la Concejalía de Desarrollo Urbano para reformular el bulevar García Lorca el jurado ha seleccionado la que lleva por lema “Estrategia Green Leaf”. El diseño ganador y anónimo (en 20 días se desvelará el nombre del estudio que lo ha realizado) propone la creación de un gran parque lineal que coserá los barrios del sur de la ciudad (Russafa, Arrancapins, Malilla, Raiosa, Creu Coberta, Hort de Senabre, Sant Marcelí Camí Real, San Isidro y Vara de Quart), grandes olvidados del urbanismo que ahora, con el soterramiento de las vías (canal de acceso) del Parc Central, serán objeto de una gran operación de regeneración urbana y renaturalización.

La Concejalía de Desarrollo Urbano convocó el año pasado ante el inicio de las obras de soterramiento del tren un concurso de ideas para reformular el PAI del Parc Central, en concreto, el ámbito del bulevar García Lorca. El diseño proyectado, firmado por el equipo liderado por la paisajista Kathryn Gustafson que ganó el concurso de ideas del Parc Central, tiene ya más de una década y contemplaba la construcción sobre el túnel ferroviario de un bulevar con varios carriles de tráfico y bloques de viviendas a ambos lados. La vicealcaldesa asegura que este diseño “se había quedado obsoleto” y de ahí el encargo de formular un nuevo PAI que adaptase el bulevar a los nuevos criterios de renaturalización y movilidad sostenible y que además integrará los sectores urbanizables pendientes de desarrollar en Cruz Cubierta, Malilla y San Marcelino.

Las obras del futuro corredor verde se irán acompasando al desarrollo de las obras del canal de acceso, con un horizonte de ejecución de cinco años. El equipo ganador tiene ahora diez meses de plazo (hasta enero de 2024) para presentar el master plan definitivo que incluye un proceso de participación ciudadana de cinco meses.

Estanques, taludes y toboganes

El diseño ganador «lleva al máximo la renaturalización» con un diseño de parque en «zig-zag» que a través de «cuñas verdes» llegará al interior de los barrios. Plantea además soluciones de movilidad sostenible basadas en la creación de una red de itinerarios ciclistasa partir de ciclovías rápidas de cuatro metros de anchura que permitan conectar el área metropolitana con la futura Estación Central, situada a 15 minutos en bicicleta. 

El ganador del concurso plantea combinar a lo largo del parque distintos tipos de paisaje, desde pinadas, a espacios agrícolas, pequeños humedales con estanques, y parques más urbanos.

En la elección del diseño ganador se han valorado las soluciones de integración paisajística de infraestructuras que ahora son una barrera para los barrios. Se plantea así la prolongación del soterramiento de las vías del tren en San Marcelino-Camí Real con taludes verdes, grandes toboganes y terrazas.

Nuevos usos para el patrimonio industrial en la Creu Coberta Hortensia García


Nueva vida para el patrimonio industrial

Otra de las propuestas del diseño ganador es mantener el patrimonio industrial que aún queda en pie en el primer tramo del corredor que comprende los barrios de Malilla, Raiosa y Creu Cobert. El plan prevé así nuevos usos terciarios (restauración y mercados) para las naves de Macosa con el objetivo de dinamizar el entorno. 

La propuesta elegida por el jurado apuesta por la creación de ecobarrios con dotaciones, espacios de uso terciario y viviendas asequibles siguiendo el modelo de ciudad de 15 minutos donde se pueda vivir y trabajar. 

La nueva distribución propuesta para los edificios integra los ya existentes con los nuevos, así como los edificios de valor patrimonial, como las naves de Macosa o el núcleo de viviendas de la calle Manuel Arnau. Sandra Gómez explicó que la idea es mantener las viviendas de principios de siglo XX de la calle Manuel Arnau que el plan general dejó fuera de ordenación y que están degradadas y ocupadas. La intención ahora es dejarlas en pie, porque «tienen valor patrimonial», y rehabilitarlas. 

Taludes verdes y toboganes en Sant Marcel.lí Hortensia García


Además de las infraestructuras verdes, el plan del corredor, cuyo coste todavía no se ha cuantificado, incluye viviendas. La edificabilidad residencial prevista en el plan general se mantiene, lo que permitirá construir a ambos lados del corredor unas 5.000 viviendas (incluyendo las torres del Parc Central). La tipología de los edificios cambia conforme se adentran en el corredor, pasando de bloques a pequeñas torres que ocupan menos suelo para generar una transición entre la ciudad consolidada y el corredor. También habrá usos terciarios. En este sentido una de las propuestas de los ganadores del concurso es convertir la calle Primero de Mayo en un nuevo eje comercial que se prolongue desde l’Hort de Senabre hasta Malilla y el entorno de la nueva Fe. 

Se trata, dijo ayer Sandra Gómez, de «una actuación urbana que marcará la historia y el futuro de nuestra ciudad, al igual que lo hizo en su día el concurso y posterior ejecución del Jardín del Turia».

Sandra Gómez en la presentación del diseño ganador del corredor verde sur


Se trata, ha destacado Sandra Gómez en la presentación del diseño ganador, de “una actuación urbana que marcará la historia y el futuro de nuestra ciudad, al igual que lo hizo en su día el concurso y posterior ejecución del Jardín del Turia” obra del fallecido Ricardo Bofill.



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Entrevista I Andreu Escrivà: “Hay que cambiar el término ‘sostenibilidad’ por otro que sea más humano”

Entrevista I Andreu Escrivà: “Hay que cambiar el término ‘sostenibilidad’ por otro que sea más humano”



22/03/2023 – 

VALÈNCIA. El término sostenibilidad ha cogido fuerza en los últimos años y se están llevando a cabo acciones para responder a la crisis climática pero… ¿estamos en el buen camino? ¿Se está enfocando bien la sostenibilidad? Un debate profundo que pasa por cuestionarse si la movilidad se debe plantear solo como el uso del coche eléctrico, si es suficiente con reciclar o si la palabra sostenibilidad es la idónea para hablar de esa transformación. Y esa reflexión es la que propone Andreu Escrivà en su último libro Contra la Sostenibilidad (Editorial Arpa) —en valenciano, Contra la sostenibilitat (Sembra Llibres), donde expresa que el concepto de sostenibilidad hay que reinterpretarlo por el uso que empresas, gobiernos e instituciones han hecho de él. “El libro es toda una declaración de principios esperanzados y, sobre todo, para asumir que la sostenibilidad que nos están vendiendo no es el objetivo al que deberíamos dirigirnos”, comenta el doctor en Biodiversidad y licenciado en Ciencias Ambientales. 

A través de las doscientas páginas del libro, Escrivà (València, 1983) pretende que el lector pase a la acción para “construir algo realmente parecido a esa sostenibilidad que tenemos en la cabeza”. Una acción que viene tras las labores previas de divulgación que realizó en sus anteriores libros —Aún no es tarde (2018) y Y ahora yo qué hago (2020)— y que ahora complementa con Contra la Sostenibilidad, toda una “declaración de principios esperanzados pero, sobre todo, para asumir que la sostenibilidad que nos están vendiendo no es el objetivo al cual deberíamos dirigirnos”. Un libro que va en contra de muchas cosas pero que, como dice el propio Escrivà, hay que leer hasta el final del libro,”cuando se tratan temas propositivos, también duros y serios, pero propositivos”.

– El título es muy claro, Contra la sostenibilidad, pero… ¿qué es la sostenibilidad? 

– Esa pregunta me la he hecho bastantes veces y realmente soy incapaz de definirla. Podemos definir lo que es el desarrollo sostenible, podemos definirla según lo recoge la RAE pero, realmente, la sostenibilidad hoy en día, para cada empresa, para cada institución, para cada persona, casi significa una cosa distinta. En algunos casos significa hacerlo todo bien y cambiar el modelo productivo y en otros es tener un poquito menos de impacto sobre el planeta. Por tanto, cuando tenemos un significante como sostenibilidad, que significa tantas cosas distintas y muy pocas realmente de aquellas que dieron origen al término, creo que es el momento de cambiarlo. Por ello, es importante preguntarnos qué es la insostenibilidad, que es el problema que tenemos instalado.

– Hagamos la pregunta: ¿qué no es sostenibilidad?

– Las cosas no son más sostenibles o menos sostenibles sino que o son sostenibles o son insostenibles. Y el gran problema que tenemos es que vivimos instalados en la insostenibilidad, pero nos estamos haciendo trampas, dialécticas formales de contabilidad de carbono, políticas o hasta personales que nos hacen pensar que dentro de un sistema insostenible podemos ser sostenibles. El sistema actual es inherentemente insostenible por lo tanto, aunque tengamos pequeñas acciones sostenibles, lo que necesitamos es cambiar las estructuras, no esa pequeña acción.

– Dicho de otra manera, el consumismo es insostenible. 

– Exacto. El sistema actual de producción y consumo es completamente insostenible. Podemos alimentarlo con materiales reciclados o con energías renovables, pero al final es una ilusión porque lo que hay que hacer es disminuir esa esfera económica, de consumo… Es decir, hay que cambiar de modelo. Muchas personas, tras ver lo que Amazon destruye o las cantidades de ropa y alimentos que se desperdician, se horroriza y entiende que eso no se puede sostener. Por tanto, se trata de aplicar esa sensación sobre lo que no funciona a todo el sistema económico. 

– Usted plantea un cambio de modelo cultural, pero la realidad es que se está apostando por la ciencia y la innovación para hacer esa transición 

– La investigación y la ciencia va a tener un papel preponderante en las salidas a la solución de la insostenibilidad actual y la crisis climática, pero no deberíamos confiar únicamente en la Ciencia o en la Investigación, como si al pulsar un botón mágico ya estuviéramos salvados. A la par que vamos invirtiendo en ciencia e investigación debemos invertir más en formación y en educación ambiental. Y es que, en vez de solo invertir, por ejemplo, en el coche eléctrico, igual es mejor invertir en cercanías, transporte público, peatonalización de las ciudades o, por ejemplo, en investigación  cómo podemos hacer nuestras ciudades menos agresivas y más saludables porque estamos enfermando por culpa de cómo son las ciudades, del efecto de calor, de la contaminación,… 

“NECESITAMOS SUSTITUIR EL TÉRMINO ‘SOSTENIBILIDAD’ POR OTRO QUE NO SEA CONTABLE NI MERCANTILIZADO, COMO PUEDE SER ‘BUEN VIVIR'” 

– Pero… ¿qué hay que hacer para activar estos cambios? 

– Hace falta un esfuerzo muy serio, transversal, que no implique únicamente al gobierno sino también a los medios de comunicación, las empresas, la sociedad civil, los centros de investigación… para provocar ese cambio. No se va a producir ningún cambio sin que participemos todos los actores, pero tampoco podemos, como sociedad, poner la responsabilidad en otro lado o esperar a que el gobierno apruebe una ley que lo solucione todo. Ahora bien, ¿cómo potenciar esa implicación? En primer lugar, es importante no decir que comprando algo ya se es sostenible porque es muy probable que te acabes desvinculando de la exigencia de soluciones colectivas. Lo que pasa es que, evidentemente, aquí hay que definir qué actores, dónde, cuándo, con qué mecanismos… y que la gente no se sienta tan desvinculada de la toma de decisiones. Y en este sentido, es preocupante la baja implicación en los presupuestos participativos porque es un instrumento de democracia directa muy interesante. Por tanto, tenemos que encontrar a los actores y a las herramientas para que transformen.

– ¿Cree que la sociedad está más descontenta?

– Sí, la gente está más enfadada. No le gusta que la tomen por tonta, que le digan que una cosa es sostenible o que mejora el medioambiente sin serlo. O que solo pueda salvar el planeta con un coche eléctrico y no yendo en autobús porque, al final, a la gente le entra una ‘ecoansiedad’ al ver que eso no es suficiente. Hay que saber canalizar ese descontento para que no se convierta en una impugnación de cualquier política verde. Es decir, debemos ir contra la sostenibilidad mercantilizada, la que nos está intentando colar como tal y no lo es, pero no contra la mejora ambiental, la búsqueda de un paradigma distinto o el abandono del consumismo. Por tanto, hay que dar herramientas y alternativas para canalizar esa voluntad de cambio y que no se vuelva en un cierre de decir “bueno, ya lo arreglaréis”. Eso es lo que me preocupa.

– ¿Cómo es posible juntar toda esa sensibilidad?

– Hay que aprovechar y erosionar desde todos los frentes la sostenibilidad actual, que es la sostenibilidad capitalista, para poder introducir elementos para vivir mejor. Sé que suena muy vago porque no lo hemos aterrizado a propuestas concretas, pero se trata del buen vivir, buena vida o prosperidad sin crecimiento y significantes que traten de hablar de un bienestar, de que vas a vivir mejor, en una ciudad menos contaminada, más cercana, con más espacios de juego, vas a trabajar menos… y estos elementos a veces van a ser simples grietas. Es decir, la semana laboral de cuatro días no es la panacea, pero es una grieta, al igual que los movimientos cooperativos o de economía social, no solucionan la estructura pero van abriendo huecos y, sobre todo, permiten visualizar que otras alternativas son posibles.

– Por tanto, aboga por cambiar el término ‘sostenibilidad’ por ‘buen vivir’.

– Sí, creo que sería un buen sustituto. Hay mucho debate. De hecho, en el libro cito un artículo científico que, partiendo del tema del decrecimiento, explora los tres tipos de alternativas que habría: el decrecimiento y post crecimiento, etcétera; la economía (economía verde, economía sostenible…) y otra centrada en el buen vivir, la buena vida… Creo que la que más conecta con la gente no es la que tiene la cuestión económica sino la que habla de vivir bien y mejor. Y fíjate que hasta durante el confinamiento, sin romantizar, no queríamos ir a hacer cola a un supermercado sino abrazar a nuestros seres queridos, salir, hacer deporte o pasear con nuestras mascotas. Por tanto, necesitamos sustituir el término por otro que no sea contable ni mercantilizado. Es decir, si tú pones sostenible puedes poner una etiqueta de cualquier cosa, pero si sustituyes sostenibilidad por buen vivir, ya no puedes. No hay que buscar un término que sea una etiqueta sino un término que sea aglutinante y que nos conecte con algo más humanamente. La sostenibilidad, si lo pensamos bien, no nos conecta con nada emocional, como puede ser el buen vivir o tener una vida buena.

– En su opinión, ¿qué distracciones tenemos o nos han puesto para alcanzar la sostenibilidad?

– Hay distracciones internas porque nos resulta muy conveniente que nos digan que comprando este brik de leche, esa ropa de algodón orgánico o cogiendo un coche eléctrico lo tenemos todo hecho. Eso es una distracción porque las pequeñas acciones no nos hacen cuestionar el todo. Por ejemplo, la OCU ha sacado un informe sobre la cosmética y el greenwashing que hay, como sellos verdes que se inventa la propia empresa o envases que no son tan fáciles de reciclar. También hay una condición estructural que hace que se tomen decisiones insostenibles, como puede ser la falta de tiempo, hecho que hace que acabes cogiendo lo que tienes delante, por ejemplo, una bandeja de plástico con verdura en vez de pesarla.

– Acaba de mencionar el greenwashing, ¿Cómo se puede trabajar para que no ocurra eso?

– La sociedad entendería bien una normativa clara y directa del greenwashing en el sentido publicitario. De hecho, en la última cumbre del clima, la ONU sacó un informe de varios expertos en los que explicaba bajo qué condiciones puedes decir que es sostenible o verde. En España, por ejemplo, hay una entidad bancaria que se publicita como banca sostenible, diciendo que recicla las tarjetas de crédito y débito y hace bancos para jardines, y en los últimos años ha invertido más de 46 mil millones de euros en combustibles fósiles. Esto es greenwashing. Por tanto, obligar a las empresas a decir cuáles son sus impactos o que las memorias de sostenibilidad fueran más transparentes haría que las empresas no se etiquetaran como sostenibles si no lo son. La gente aceptaría muy bien una regulación en este sentido. 

– En su opinión, ¿Vamos a llegar a los objetivos del 2050?

Yo creo que sí, aunque el problema es cómo llegamos. En el libro pongo el ejemplo de un señor que dice que va a dejar de fumar de aquí a veinte años, a su ritmo. Igual de absurdo es con el tema del tabaco que con la neutralidad climática. Lo importante no es tanto que en 2050 seamos neutros sino qué hemos hecho en los años precedentes. En los próximos dos, tres o cuatro años podemos cerrar la puerta definitivamente a la subida de un grado y medio de temperatura y en los próximos diez o veinte años a los dos grados. Y a mí lo que me preocupa es que, así como a 2050 creo que podemos llegar a la neutralidad climática y que incluso España llegará antes, el problema es que no sé si vamos a cumplir los objetivos de 2030.

Su visión es más positiva a largo plazo…

Exacto. Esto es como un examen, que hasta que la fecha no se acerca no te pones a estudiar y, cuando llega la fecha, lo haces todo y apruebas con un cinco, pero durante los meses previos no has ido adquiriendo los conocimientos que te harían falta porque te lo has dejado todo para el último día. Por eso creo que si no cambian las cosas climáticamente suspenderemos en 2030. Y eso es un gran problema, porque donde se juega la partida importante ahora es en los próximos siete, ocho o diez años. Y mucho me temo que si no cambia algo muy rápido y a corto plazo, vamos a acabar suspendiendo a nivel mundial esos exámenes climáticos.



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Así será el gran corredor verde de València

Así será el gran corredor verde de València


Un gran corredor verde unirá los barrios del sur de València con el centro de la ciudad. Un proyecto que avanzará a medida que se produzca el soterramiento de las vías del tren, pero que ya sabemos cómo será. Y es que la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, anunciaba, ayer, el proyecto ganador. Se trata de la Estrategia Grean Leaf, que apuesta por la renaturalización, la movilidad y la sostenibilidad, y que creará un eje verde que unirá los barrios de Arrancapins, Russafa, Raiosa, Malilla, Cruz Cubierta, San Marcelino, Camí Reial, Sant Isidre y Vara de Quart.

Pero, ¿en qué consistirá? Para empezar, no solo proyecta nuevas zonas verdes, sino también un espacio en zig-zag que forme cuñas verdes que se adentren en los barrios de la Cruz Cubierta y Malilla. Además, se aplicarán criterios de sostenibilidad para generar ecobarrios, es decir, barrios que generen cero emisiones en la ordenación de las zonas edificables de la Cruz Cubierta y San Marcelino. En este caso, se apostará por que el máximo de edificios y fachadas linden con las zonas verdes, que servirán de transición entre los barrios y con el corredor verde, que circulará por los terrenos que se originen tras el soterramiento de la vías ferroviarias.

Así, Gómez ha recordado que  “el anterior PAI ponía en valor el patrimonio industrial que actualmente está protegido, como son las naves de Macosa o las viviendas de  Manuel Arnau, que quedaban fuera de ordenación y ahora quedarán integradas dentro del PAI del Parque Central”.

Simulación del corredor verde de València

Y siguiendo en el barrio de la Cruz Cubierta, la avenida Primero de Mayo se transformará en un eje comercial entre los barrios de Senabre y Malilla, ya que concentrará usos terciarios y dotacionales conectando, así, esta zona de la parte sur que ahora mismo está dividida por las vías del tren.

También en líneas generales, el proyecto ganador plantea una diversidad de paisajes que reproducen masas forestales, espacios agrícolas, zonas verdes vinculadas al agua, y otras de carácter más urbano. Asimismo, en cuanto a la movilidad sostenible, se generarán vías rápidas de cuatro metros de anchura que van a conectar de manera peatonal o de movilidad sostenible, los barrios y pueblos de la zona sur con la futura estación central, en tan solo 15 minutos. Se completará con una red de aparcabicis y nuevas conexiones de transporte público.

Se resuelve la conexión entre San Marcelino y Camí Reial

Otro de los grandes cambios es que, finalmente, después de años de demanda vecinal, este proyecto de corredor verde resolverá la conexión entre los barrios de San Marcelino y Camí Reial. De esta manera, se generará una gran zona verde, con espacios peatonales y carriles bici. Para ello,  “el proyecto propone prolongar el soterramiento de las vías del tren hasta el acceso del tanatorio municipal, y aprovechar este nuevo espacio generado”, ha indicado la vicealcaldesa.

Futura conexión verde entre San Marcelino y Camí Reial
Futura conexión verde entre San Marcelino y Camí Reial

En palabras de Gómez, “este proyecto no solo integra, dignifica y comunica entre sí los barrios del sur con el centro de la ciudad; sino que, además, marcará la historia y el futuro de nuestra ciudad,  ya que se trata del concurso más ambicioso desde hace más de 40 años, cuando se llevó a cabo la recuperación del Jardín del Turia”.

La propuesta ganadora del Masterplan, que fue licitada por un importe de  155.000 euros, propone un proceso de redacción estructurado en cuatro fases y una duración de 10 meses: uno para el análisis, dos para el diagnóstico, cinco para el diseño colaborativo y dos para el cierre.



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Opinión | Los bancos otra vez. ¿Y ahora qué?. Por Lorenzo Serratosa (@L_serratosa), presidente de @Substrate_AI y cofundador de @kaumarkets

Opinión | Los bancos otra vez. ¿Y ahora qué?. Por Lorenzo Serratosa (@L_serratosa), presidente de @Substrate_AI y cofundador de @kaumarkets


VALÈNCIA. En general, el negocio de los bancos es captar dinero a corto plazo para prestarlo a largo. Algo que visto así a muchos grandes inversores les ha llevado a alejarse de ellos como inversión, pues o bien mantienes el dinero captado a largo plazo o  hay muchas posibilidades de entrar en default. Por eso el sistema financiero requiere de mucha confianza para que se sostenga. Para solucionar este problema se crearon los bancos centrales, capaces de prestar dinero cuando hay tensiones de liquidez, es decir, cuando los que prestaron al banco a corto plazo exigen su dinero y no se puede obtener de los prestamos a largo. Y hasta aquí la explicación simple. Luego hay que añadir al juego algunas variables más.

Una de ellas es que en vez de prestar el dinero a largo, los bancos lo inviertan en bonos u otros productos financieros a diversos plazos, lo que conlleva obviamente nuevos riesgos derivados de la relación riesgo-beneficio de estas inversiones. Las cosas pueden salir mal, ya no se trata de que un hipotecado te pague o no la hipoteca por ejemplo.

Otra es la estructura de incentivos, algo de lo que Charlie Munger sabe mucho y resumió en su frase “Muéstrame los incentivos y te mostraré los resultados”. Es decir, los incentivos están detrás del comportamiento humano y los hay de muchos tipos. Pero lo que esta claro es que no siempre están alineados con la buena marcha del negocio, que requiere una gran dosis de humildad, aceptación de errores y visión de largo plazo. En muchos casos los incentivos en las compañías están ligados al crecimiento en bolsa a corto plazo, y eso no siempre está en consonancia con el trabajo que cada uno debe desarrollar para la supervivencia del negocio.

Por citar una variable más está la pesadilla de tener que convivir con un mundo tan volátil como el vivido en los últimos cinco años en los que hemos visto ‘tipos cero’, pandemia, vuelta al trabajo, grandes inflaciones y altos intereses. Cuando se trata de gestionar un balance  se requiere estabilidad y si no la hay los operadores tienen que tener grandes dosis de tranquilidad y previsión. Muchas de estas cosas tienen que ver con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), pero también del Signature Bank o el First Republic en EE UU y el Credit Suisse en Europa.


Con el alza de tipos todo el mundo pensaba que los bancos por fin iban a ganar dinero, mientras nadie se preguntó dónde tenían invertido su balance y cuantas pérdidas iban a soportar en sus carteras de inversión. La cifra ya la sabemos: en Estados Unidos las pérdidas latentes en bonos supera los 650.000 millones y en el caso del BCE alcanzan casi un billón de euros ¿Cómo puede ser eso? Muy fácil: cuando invertimos en bonos con un interés al 0,5% -o al 1%- y de repente los tipos suben, lo que pasa con esos bonos es que pierden su valor; no los puedes vender por el 100% de lo invertido. Si no necesitas el dinero puedes esperar a vencimiento y recibir tu dinero más los intereses, pero si necesitas el dinero deberás vender por debajo de tu inversión. Lease SVB por ejemplo. 

No lo han tenido fácil los bancos ¿y qué va a pasar ahora? Como siempre nos enfrentamos a un mundo multicausal y con infinidad de consecuencias, y es imposible determinar como nos gustaría  a qué causa se le aplica qué consecuencia. Realmente las cosas nunca funcionan así. El mundo suele funcionar con multitud de variables que generan multitud de consecuencias. Dicho esto parece obvio que es difícil seguir endureciendo los tipos mucho tiempo, por lo que las subidas de tipos pueden haber llegado a su fin… y ello a pesar de la inflación. Esto nos debería llevar a un escenario que ya dibujé hace muchos meses como el mas probable: inflaciones persistentes alrededor del 5% y tipos al 5% en EE UU y al 4% en Europa durante varios años. Un escenario difícil para todos los ahorradores e inversores pero al que nos tenemos que acostumbrar.

El resurgir de la tecnología

Otra consecuencia clara es el resurgir de la tecnología como inversión, por eso la semana pasada vivimos grandes subidas del Nasdaq. Las tecnológicas estaban presionadas por las subidas de tipos que obligaron a repensar sus valoraciones. Ahora que este escenario cambia ya podemos hacer balance, y el balance es que podemos comprar barato. Para muestra las cosas que cuenta la gestora Janus Henderson, que cree que la innovación seguirá siendo el principal impulsor de la economía y que nos encontramos con valoraciones que no se veían desde las grandes caídas de 2020 Por ejemplo, el índice Russell 1000 Growth, que engloba empresas pequeñas y medianas, cotiza a 21 veces beneficios. Bastante baratas en comparación con sus medias históricas.

Habrá muchas mas consecuencias, eso es seguro. En el inmobiliario americano comienzan a surgir historias que dan miedo, pues hay muchos compradores que no pueden pagar sus hipotecas y eso ya sabemos que tarde temprano llega a Europa. Pero para los ahorradores e inversores parece que queda claro: hay que volver a mirar a las tecnológicas en busca de ese 6% de rentabilidad necesario para mantener el poder adquisitivo. Tengan cuidado y conduzcan sus ahorros con cabeza.

Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets y presidente de Substrate AI



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Estas son las condiciones qué más valoran los jóvenes valencianos a la hora de encontrar un trabajo

Estas son las condiciones qué más valoran los jóvenes valencianos a la hora de encontrar un trabajo


Los tiempos han cambiado. Eso es una realidad. Lo apreciamos, por ejemplo, a la hora de encontrar un trabajo. En décadas anteriores veíamos cómo cualquiera aceptaba un trabajo que mantuviera unos mínimos garantizados como salario y una jornada laboral aceptable. Ahora, los jóvenes son los que priorizan unas ofertas u otras en función de una serie de “requisitos” laborales.

De hecho, el último Informe Young Business Talents determina una serie de criterios en base a las respuestas de los jóvenes preuniversitarios españoles sobre las actitudes y tendencias que tienen en cuenta a la hora de seleccionar un trabajo.

Promovido y realizado por ABANCA, ESIC, Praxis MMT y Herbalife Nutrition, de este informe se extrae que un ambiente de trabajo estable, un salario un poco más alto y una estabilidad que le acompañe son las respuestas más comunes que se dan.

De esta forma, para el 27,3% de los jóvenes de la Comunitat Valenciana, el principal motivo para formar parte de una empresa es que le garanticen una estabilidad en el empleo, le sigue un ambiente de trabajo agradable (27%), y tener un salario un poco más alto con un 26,8%. En esta línea, observamos cómo del propio informe se desprenden otras razones frecuentes como que por el trabajo tengan oportunidad de viajar (26,2%), flexibilidad en el horario (25,9%), poder ir ascendiendo de categoría (25,1%) o que sea una empresa innovadora y creativa. Sin embargo, el teletrabajo es lo que menos interés despierta a los jóvenes o menos valoran con un 21,4%.

Mario Martínez, director del Informe Young Business Talents, habla de cómo no es una casualidad que el país español es el que presente las mayores tasas de desempleo de la UE. En dicho marco, refiere que para los propios jóvenes “es fundamental encontrar la estabilidad y priorizan poder mantener un empleo en el tiempo a otras cuestiones”.

Del informe podemos vislumbrar otros aspectos. Por ejemplo, ¿conocemos realmente los factores que los estudiantes valencianos consideran más vitales a la hora de encontrar empleo? Pues bien, el 43,8% considera esencial el interés y las ganas de trabajar, a lo que le sigue tener un buen nivel de idiomas (40,8%) o contar con un expediente académico reseñable (39,2%). La experiencia, tener contactos, o el tipo de carrera estudiada son otras de las variables a la hora de tener más posibilidades laborales.

Están más preparados que sus padres

El 62,2% de los jóvenes valencianos piensa que su generación esta más preparada que la de, por ejemplo, sus padres, según lo que se desprende del VII Informe Young Business Talents. Igualmente, este dato es similar al de la media nacional (62,7%), pese a que sí que hay un cambio de tendencia dado que esta cifra desciende en más de veinte puntos de diferencia en relación con la encuesta del año 2018 y el porcentaje del 83,3% que figuraba en aquel momento.

De la misma manera, hay un 68,7% de los jóvenes de la Comunitat que opina que sí que les será de utilidad para su carrera laboral lo que están estudiando. Un dato que, eso sí, es inferior al que presenta la cifra nacional (70,8%), por lo que la tendencia, por el momento, es positiva y optimista.

Un grupo de jóvenes estudia con unos ordenadores

Sobre lo que respecta a la elección de sus estudios, el 67,3% de los jóvenes tiene en mente estudiar una carrera universitaria cuando acaben con sus estudios actuales. Una cifra que, por cierto, casa con el 67,8% que se figura a nivel nacional. En este sentido, las carreras universitarias que más interés despiertan para los valencianos son Economía (16,9%), seguido de Empresariales (14,6%) y Derecho (12,2%)

El eterno debate de si marcharse fuera o quedarse en España

De cara al futuro del empleo juvenil en los próximos años, el 38,2% de los jóvenes valencianos piensa que la situación laboral será bastante peor en los próximos cinco años. Eso sí, los adolescentes valencianos son más positivos que, por ejemplo, los datos de la media nacional sobre este aspecto que se desarrollan en el informe. En dicho sentido, a nivel nacional, el 41,4% de los jóvenes razona que el panorama en el futuro será pesimista.

Asimismo, los jóvenes también fueron cuestionados sobre una posible movilidad internacional por motivos laborales. De esta forma, los jóvenes valencianos estarían dispuesto a cambiar de país por dichas razones con un 77,7% que es superior al del conjunto nacional (76,7%). Estados Unidos es la opción favorita de los valencianos con un 32%, mientras que Reino Unido (14,2%) e Italia (13,2%) le acompañan.

Por otro lado, los valencianos hablaron sobre qué actividad profesional les gustaría desempeñar. En este sentido, el 30% no lo tiene claro, pero el 27% explica que le gustaría ser emprendedor creando su propia empresa. Ser funcionario (22,7%), empleado de una empresa (12,1%) o profesional autónomo (8,2%) fueron otras de las respuestas más comunes.

Aunque, en la misma línea, hay que destacar que el 85% de los valencianos considera difícil lograr el éxito en el caso de que fueran ellos mismos los emprendedores. Dato que coincide prácticamente con el de la media nacional (85,5%). No obstante, las razones que le llevarían a ello son hacer lo que le gusta (42,6%) y ser sus propios jefes (25,2%).

Información acerca del estudio

La encuesta ha sido realizada durante los meses de septiembre y noviembre de 2022 a un total de 10.641 estudiantes de entre 15 y 21 años que se han inscrito para participar en la edición 2022-2023 de Young Business Talents y que cursan los estudios de 4º de la ESO, 1º y 2º de Bachillerato y los ciclos básico, medio y superior de Formación Profesional.

 



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El ayuntamiento inicia los trámites para aplicar la “tasa Amazon” en València

El ayuntamiento inicia los trámites para aplicar la “tasa Amazon” en València



La Concejalía de Hacienda del Ayuntamiento de València ha iniciado los trámites para poner en marcha la conocida como “tasa Amazon“, que es un tributo para gravar la actividad de las empresas de distribución de mercancías vinculadas a la venta “online”. En una moción impulsada por la citada concejalía se propone encargar a una entidad externa un estudio técnico-económico que justifique esa tasa y su encaje en la legislación actual, paso previo a la modificación de la ordenanza fiscal.

Según se explica en la moción, la actividad de las empresas de comercio “online” han generado un incremento de tráfico en la ciudad, más contaminación y competencia con el comercio de proximidad, todo ello con una notable ocupación de la vía pública. Además, esa actividad se produce en un momento en el que la tendencia de la ciudad se enfoca a “incrementar los espacios libres de tráfico, apostar por los carriles bici y favorecer los desplazamientos a pie“. Finalmente recuerda que esta actividad se realiza “sin ningún retorno ciudadano por parte de los operadores”, pese a tener “unos beneficios económicos que no están grabados por la hacienda municipal”, lo que les da una “clara ventaja respecto a los comerciantes y vecinos de la ciudad, que sí contribuyen al gasto público a través de los tributos”.

Los precedentes conocidos

Esta tasa ya se ha aprobado en Barcelona empezando por las operadoras que facturen más de un millón de euros, entre las que estarían las más importantes del sector, entre ellas Amazon, DHL, Seur, Correos Exprés o UPS. Y aunque los afectados han presentado un recurso judicial para paralizar la aplicación de esta tasa, por el momento los tribunales no han tomado medidas cautelares a la espera de entrar en el fondo de la cuestión.

También a nivel nacional, el grupo de expertos encargado de la reforma fiscal presentó el año pasado a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una propuesta en este sentido que gravaba tanto a las grandes operadoras de comercio electrónico como a cualquier empresa que entregara paquetes a domicilio. Esta propuesta no se ha materializado después.

En València, esta iniciativa está en su primera fase. Lo que propone la moción es encargar un estudio técnico-económico que justifique la tasa y la ajuste a la legislación vigente. En concreto propone un contrato menor y solicitar ofertas a la Universidad Politécnica de València, la Universitat de València y la consultora Tirant lo Blanch.



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