Pilar Puértolas, consejera delegada del grupo Sanmy y representante de la cuarta generación familiar, encarna el equilibrio entre legado y transformación. En su 130 aniversario, la empresa reafirma su compromiso con un modelo humano y sostenible, apostando por la digitalización, la innovación de producto y la internacionalización sin renunciar a sus raíces. Con una gestión que prioriza la cercanía y el alma familiar, Sanmy sigue creciendo a un ritmo sostenible, fiel a sus valores y con la quinta generación ya en marcha.
– Sanmy celebra 130 años de historia. ¿Cuál crees que ha sido la clave para mantenerse relevantes durante tanto tiempo en un sector tan competitivo?
Hemos conseguido mantenernos en el tiempo gracias a varios factores: la resiliencia, la perseverancia y la pasión. Además, en momentos clave de la historia de los refrescos, las generaciones al mando han sabido tomar decisiones estratégicas fundamentales.
Un ejemplo temprano, en la generación precedente a la mía, fue la decisión de separar la fabricación de la distribución, lo que permitió a cada hermano centrarse en su área: mi tío Miguel se encargó de la distribución y mi padre, Santiago, de la fabricación.
En aquella época, lo habitual era que las fábricas también fueran distribuidoras de refrescos, cervezas y otros productos para el canal horeca. Esta diferenciación nos permitió especializarnos y ser más eficientes.
También supimos ver oportunidades en los momentos de crisis. Por ejemplo, cuando se produjo una concentración de empresas del sector muy enfocadas en bebidas gaseosas y sifones, mi padre Santiago tuvo la visión de llegar a acuerdos con antiguos fabricantes -que hoy son grandes grupos de distribución de refrescos y cervezas en Cataluña- para que nos otorgaran la concesión de sus marcas. Muchos de ellos cerraron sus fábricas de gaseosa, que requerían más atención y capital para invertir en maquinaria y adaptarse a las nuevas normativas. Nosotros supimos asumir ese rol.
Otro momento clave fue la compra de la fábrica de Terrassa, de 40.000 m², que nos permitió crecer significativamente. También marcó un antes y un después nuestra apuesta, en los años 90, por envasar marcas de distribución (MDD) para cadenas regionales de Cataluña, cuando en aquel entonces solo existían marcas blancas para los grandes hipermercados nacionales como Pryca o Continente.
Pioneros en el desarrollo de un sifón reciclable
Fuimos pioneros en desarrollar el sifón de vidrio en un sifón de PET reciclable para uso doméstico, y lo introdujimos en todos los supermercados. Otro hito fue romper la mentalidad de ser solo fabricantes para convertirnos también en distribuidores de refrescos internacionales de gran éxito.
Actualmente, seguimos apostando por la innovación con la inversión en dos nuevas líneas de última generación -una para vidrio y otra para latas-, lo que nos permite ser más flexibles y avanzar decididamente hacia la internacionalización de la compañía.
En definitiva, cada generación ha sabido aportar su granito de arena, siempre acompañada de un gran capital humano.
– ¿Es 100% propiedad de la familia? ¿Tenéis presencia de algún fondo en vuestro capital?
La empresa pertenece al 100% a la familia Puértolas, sin participación de ningún fondo de inversión. Actualmente, ya se está incorporando la quinta generación y nuestra visión sigue siendo la de una empresa familiar, porque creemos en mantener compañías con alma, cercanas a sus trabajadores y comprometidas con sus valores.
No tenemos la necesidad de crecer a un ritmo más acelerado del que consideramos sostenible. Nos sentimos cómodos con un crecimiento anual del 5 al 10%, que nos permite consolidar, innovar y avanzar con estabilidad, sin perder nuestra esencia.
– El sifón Geiser en lata es uno de vuestros últimos lanzamientos. ¿Qué retos habéis afrontado al modernizar un producto tan tradicional sin perder su esencia?
El sifón en lata es una forma de acercar este producto tanto al canal horeca como al ámbito doméstico, permitiendo disfrutar del sifón de forma más individual y práctica, especialmente como mixer para cócteles perfectos.
Además, es ideal para consumirlo solo: por un lado, como una soda con minerales y bicarbonato, que contribuye a la recuperación física tras un largo día de trabajo o después de hacer deporte; y por otro, simplemente como un agua con gas refrescante que alivia la sed de forma saludable.
Por todo ello, podemos decir que se trata de un refresco versátil, perfecto tanto para relajarse con amigos como para disfrutarlo como una bebida isotónica recuperadora o una opción refrescante e hidratante en cualquier momento del día.
Marcas sólidas
– Fabricar para terceros es su core business. ¿Cómo se equilibra esta actividad con la estrategia de desarrollo de marcas propias?
El equilibrio entre nuestras propias marcas y el envasado para terceros es clave en nuestro modelo de negocio. Envasar para terceros nos proporciona las economías de escala necesarias para optimizar nuestros procesos y, a su vez, desarrollar nuestras marcas con mayor solidez, manteniendo unos costes de materias primas coherentes y competitivos.
– En 2024 alcanzasteis los 20 millones de euros de facturación. ¿Cuáles son los principales motores de crecimiento para conseguir ese 5% previsto en 2025? ¿Dónde habéis puesto el foco?
Nuestro foco de crecimiento se centra tanto en ampliar nuestra cartera de clientes como en diversificar el porfolio de productos que les ofrecemos. Al ser una empresa de refrescos 360 grados, con capacidad para producir en vidrio, PET y lata, podemos crecer junto a nuestros clientes ofreciéndoles más formatos, al mismo tiempo que atraemos nuevos proyectos gracias a esta versatilidad.
Paralelamente, como distribuidores de marcas internacionales de éxito, también estamos ampliando nuestra oferta en esta línea de negocio.
Recientemente hemos incorporado a un responsable de Productos de Distribución, con el fin de identificar y sumar bebidas diferenciadoras para el mercado español. Fruto de este trabajo, hemos cerrado acuerdos con marcas como Surprise Drinks, Night Watch -una bebida energética 100% vegetal y orgánica-, y Carelab, una gama de bebidas orientadas al cuidado personal y el bienestar.
Modernizarse para ser sostenible
– Habéis invertido 6 millones de euros en modernización. ¿Cómo estáis afrontando la transición hacia procesos más sostenibles y la economía circular?
Actualmente, nuestros valores de compañía giran en torno a la sostenibilidad. Por ello, estamos trabajando activamente para obtener certificaciones como la ISO 14001 y el Carbon Trust, que avalen nuestro compromiso con el medioambiente.
Somos conscientes de que las empresas del futuro deben ser respetuosas con el entorno, fomentar una economía circular y apostar por la digitalización como herramienta para mejorar la eficiencia, la trazabilidad y la transparencia en todos los procesos.
– La digitalización y la innovación son dos ejes clave en vuestra estrategia. ¿Qué papel juega la tecnología en la evolución del negocio de los refrescos? ¿En qué estáis trabajando actualmente? ¿Cómo tenéis previsto sorprender al mercado?
Actualmente, la quinta generación ya está plenamente involucrada en la compañía. Nacho Sancho Jr. está liderando con gran eficacia el proceso de digitalización integral de la empresa, con el objetivo de avanzar hacia un modelo de Industria 4.0.
Hasta la fecha, ya hemos digitalizado los departamentos de Calidad y Mantenimiento, y próximamente se sumarán Comercial y Producción. Este proceso no solo nos permite ser más eficientes, sino también reforzar nuestra capacidad de adaptación y evolución en un entorno cada vez más tecnológico y competitivo.
– Como CEO y cuarta generación familiar al frente de la empresa, ¿qué valores consideras fundamentales para ejercer un liderazgo eficaz en un entorno tan cambiante?
El desafío, como siempre, está en las personas. Contar con un gran equipo que te acompañe es fundamental, y en Sanmy tenemos la suerte de tenerlo. Estamos profundamente orgullosos de haberlo conseguido y muy agradecidos tanto a nuestro equipo como a todos nuestros colaboradores. Sin ellos, hubiera sido muy difícil llegar hasta aquí y afrontar con ilusión el futuro.
Construir empresas humanas
Durante la celebración del 130 aniversario, muchas personas se acercaron a felicitarnos, y lo que se respiraba en el ambiente era una emoción auténtica. Poder tener a tu lado a personas que te han acompañado durante toda tu vida laboral, y sentirlas tan presentes como si fueran parte de tu propia familia, no tiene precio.
Para mí, lo más importante es construir empresas humanas, con alma, donde el proyecto sea compartido por todos y el éxito se viva como algo colectivo.
– Estáis apostando por mixers premium y referencias más saludables. ¿Cómo están respondiendo los consumidores a esta evolución de la oferta?
La apuesta por refrescos saludables es una tendencia creciente en el sector. Cada vez más, el consumidor es más consciente y responsable de su estilo de vida, y esto se refleja en sus decisiones de compra.
Por eso, en Sanmy creemos que es fundamental escuchar al consumidor y desarrollar productos que respondan a sus demandas, apostando por alternativas más saludables, funcionales y alineadas con un estilo de vida equilibrado.
– En tu opinión, ¿qué significa hoy ser una marca «de toda la vida» pero con visión de futuro? ¿Cómo se consigue esa dualidad sin perder identidad?
Somos una fusión entre tradición, modernidad, innovación, sostenibilidad y digitalización. Venimos de lejos: 130 años de historia no son pocos, y en todo este tiempo hemos sabido evolucionar sin perder nuestra esencia.
Hemos convivido con nuestros entrañables sifones de vidrio, que no solo son icónicos, sino también el símbolo del inicio del mundo del refresco. A la vez, hemos sabido adaptarnos a los nuevos tiempos, apostando por envases más modernos como las latas de aluminio, totalmente reciclables, que contienen refrescos más atrevidos y funcionales, enriquecidos con vitaminas y aminoácidos, pensados para un consumidor actual y consciente.