Los dos delanteros estrella de los Juegos Olímpicos de Tokio que se disputaron en 2021, por la pandemia, fueron el español Rafa Mir y el brasileño Matheus Cunha. El Atlético se interesó por ambos para tapar un vacío enorme: el de Luis Suárez. De hecho, con el futbolista murciano, ahora en el candelero por la denuncia interpuesta contra él por una supuesta agresión sexual, incluso llegó a un acuerdo. Sin embargo, el Wolverhampton echó para atrás una oferta de 15 millones que, en principio, parecía suficiente.

Para el Cholo Simeone, la potencia y velocidad de Mir, que había brillado esa temporada en Segunda, con el Huesca, eran perfectas para suplir a Luis Suárez. Mir era considerado más como un Diego Costa que como un Suárez pero encajaba perfectamente en el proyecto rojiblanco.

Finalmente el Atlético se echó a un lado y fue el Sevilla quien se hizo con el traspaso de Rafa Mir, ese mismo verano, por 16 millones de euros. La entidad rojiblanca aumentó la apuesta y fichó al otro estilete del torneo olímpico: Matheus Cunha. Curiosamente ni Rafa Mir en el Sevilla ni Cunha en el Atlético triunfaron.

Mir, ahora en el Valencia, pasa por el momento más bajo de su carrera personal y profesional. A la espera del juicio donde se dilucidará si es culpable o no de los hechos que se le imputan, el Valencia le ha sancionado deportiva y económicamente por su acto de indisciplina (salida nocturna y no cumplir los horarios tipificados en el código interno). Por eso, no estará en el Metropolitano. Baraja le tiene entrenándose a parte y de momento le ha castigado con dos partidos sin ir convocado (Atlético y Girona).

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