El turismo internacional en la Comunitat Valenciana vive un momento dulce en forma de récord de llegadas o de gasto. Unos máximos históricos que también se han podido ver en los pasajeros de infraestructuras clave como el aeropuerto de Valencia cuyo éxito está bebiendo tanto de mercados tradicionales como el italiano, como de nuevos enclaves que están creciendo disparados. Y, entre ellos, el mercado polaco se ha erigido como una de las estrellas principales que estan tirando no solo como emisor de visitantes, sino también como impulso en la compra de segundas residencias.

En el primero de esos factores, el impacto de este país europeo está fuera de cualquier duda. Cogiendo como base las llegadas a las instalaciones de Manises, si en 2019 aterrizaron 37.619 polacos en el aeropuerto valenciano, en 2024 esa cifra se incrementó un 335 % hasta los 163.660 viajeros. Además, en lo que va de 2025, ya se han sumado más de 4.000 llegadas más que en el mismo periodo del año pasado. Un alza que se está notando en enclaves como la ciudad de València.

Incremento de las conexiones

Lo corrobora Michal Marczyk, quien desde hace más de una década ejerce de guía en la ciudad como parte de la empresa Discovering Valencia. “Hemos notado mucho el incremento. Antes de la pandemia había trabajo, pero después ha aumentado todavía más”, destaca este profesional que pone el foco en el alza que han vivido las conexiones entre Valencia y el país de Europa Oriental y que está provocando que también crezca considerablemente el flujo de valencianos rumbo a territorio polaco. No en vano, si en 2017 había solo ruta con Varsovia, estas han crecido –gracias a las operativas de Ryanair y Wizz Air– también con Cracovia, Breslavia y Poznan, que debuta este verano de la mano de firma irlandesa. “València está muy de moda en Polonia”, sentencia Marczyk.

Lo corrobora también Javier Rico, un valenciano que desde hace ocho años reside en Cracovia. “En los últimos tres meses hay tres personas de mi trabajo que han ido con sus familias a visitar Valencia”, destaca sobre unas visitas que cree que vienen atraídas por “una mezcla de todo”, desde el clima al mar pasando por la gastronomía, la cultura, puntos como la Ciudad de las Artes y las Ciencias o eventos como el Maratón de València.

En esta misma visión, Marczyk destaca cómo prolifera un perfil –en el caso de sus tours, con un perfil económico medio-alto– que viene “para una escapada de dos, tres o cuatro días, que visita mucho y que quiere tener algo de relax”. Unas características en las que València encaja como un guante. “Muchos vienen, lo recomiendan y vuelven con amigos o con familia”, enfatiza.

Sin embargo, esta mayor afluencia también tiene en el mundo inmobiliario una segunda vertiente. Tanto es así que, según informaba la inmobiliaria Coldwell Banker esta semana, la Comunitat es uno de los grandes destinos de esa inversión residencial desde Polonia. “Muchos turistas pasan un día o dos, ven cómo es y luego compran casas en la Costa Blanca”, remarca Marczyk sobre un contexto –que llevan a cabo jubilados pero también trabajadores en remoto– que también ve Ernesto Rubio, otro de esos españoles viviendo en Polonia. “Hay gente con dinero que con la guerra de Ucrania ha buscado una residencia fuera y la visión del Mediterráneo es idílica”. 

Futuro al alza

Y el horizonte sigue pintando en positivo. Mientras a nivel institucional Turisme CV se promocionaba el pasado fin de semana en ferias como la polaca Piknik nad Odra, Michal Marczyk prevé que “va a seguir este crecimiento”. “Hablo con guías en Madrid, Sevilla… y el mercado polaco es el que más crece. València, además, tiene de todo, es emergente e interesante”, concluye.

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