La Asociación Vecinal de Patraix se ha volcado, desde el primer momento, con las personas damnificadas por la DANA del pasado 29 de octubre. Miles de voluntarios trabajaron, durante 21 días, y de forma ininterrumpida, para gestionar todas la ayudas que se recibía, encargándose de recoger, clasificar, empaquetar y repartir entre los pueblos afectados. Y es que la misma sede vecinal se convirtió en uno de los principales puntos de recogida y distribución de alimentos y productos de primera necesidad en Valencia ciudad.

Sin embargo, una vez superada la fase de urgencia, esta ola de solidaridad se ha transformado en un proyecto a largo plazo con acciones, cada mes, durante todo un año. “Ya lo hicimos con el terremoto de Lorca. Cada día 11, durante un año, realizamos actividades en las que recogimos fondos que, después, entregamos a esta localidad para contribuir en su reconstrucción. Ahora, volvemos a poner en marcha esta iniciativa para aportar nuestro granito de arena a los afectados por la DANA de manera coordinada. Por este motivo, y debido a la relación que nos une con Chiva, l’Alcúdia y Turís, hemos escogido a estos tres municipios para focalizar en ellos nuestras acciones”, explica Toni Pla, presidente de la Asociación Vecinal de Patraix, a este diario.

El objetivo es mantener viva la llama de la solidaridad con “este compromiso prolongado durante un año para recaudar ayuda y ofrecer todo lo que esté en nuestras manos”. De este modo, se ha creado una comisión de trabajo con el voluntariado para ir coordinando todas las acciones e iniciativas que se impulsen. “No queremos que esta tragedia caiga en el olvido”, asegura Pla.

Asociación Vecinal de Patraix, punto de recogida y distribución en la DANA

Recogida de libros y juguetes hasta el 20 mayo

En esta línea, la Asociación Vecinal de Patraix está recaudando, hasta el próximo 20 de mayo, libros y juguetes que les han pedido cinco colegios de estos pueblos afectados por la riada: Chiva, L’Alcúdia y Turís. Se trata de libros específicos que se pueden consultar en el QR de la sede vecinal del barrio.

Además, se pueden llevar alimentos no perecederos, que irán destinados a la Asociación CESIC de Chiva, que está ayudando a 70 familias que lo han perdido todo y están comenzando a reconstruir viviendas; o incluso se ha habilitado un número de cuenta para hacer donaciones que irán directas a damnificados por la DANA: ES16 3159 0015 8430 7619 8823.

Por último, cuenta Toni Pla, “a esta iniciativa se ha sumado un colegio de Madrid, que también está recopilando los libros que nos han pedido, y estamos cerrando la fecha en mayo para que puedan venir a hacer la entrega”.

Los centros educativos siguen recuperándose de la DANA

Siete meses después del paso de la DANA por la Comunidad Valenciana, muchos centros educativos continúan lidiando con las secuelas de la catástrofe. Más allá de los daños materiales, las escuelas e institutos se enfrentan a un reto de enorme calado: mantener la continuidad educativa en medio de la incertidumbre y garantizar entornos de aprendizaje adecuados para su alumnado.

El caso del IES 25 d’Abril, en Alfafar, es un reflejo de esta realidad. A pesar del tiempo transcurrido, sus instalaciones siguen muy afectadas. La maquinaria de los talleres de Formación Profesional está completamente inservible, lo que impide la realización de prácticas esenciales para los estudiantes. “El trabajo aquí es inmenso. Sin recursos ni espacios adecuados, el riesgo de abandono escolar se multiplica”, alerta la periodista Isabel Jiménez, embajadora de Ayuda en Acción, tras visitar el centro junto al equipo de la ONG.

Para muchos jóvenes, los traslados forzados, la pérdida de rutinas y el cierre parcial de sus centros han supuesto un golpe difícil de gestionar. “La rutina ha cambiado bastante. Ya no hacemos muchas actividades en el instituto y ahora tengo que coger un autobús en lugar de ir caminando. Hubo momentos en que pensé en dejarlo todo”, comparte Elías Pérez, alumno de segundo de FP.

La dirección del IES también destaca la falta de preparación para afrontar una situación así. “Nos faltaban herramientas para apoyar al alumnado. La intervención de Ayuda en Acción ha sido fundamental para gestionar emocional y pedagógicamente esta crisis”, afirma Esther Bernabeu, profesora y vicedirectora del centro.

Instalaciones IES 25 D'Abril
Instalaciones IES 25 D’Abril

El impacto no es solo físico. La pérdida de espacios escolares ha traído consigo una pérdida de referencia emocional para los estudiantes. Aulas dañadas, patios inutilizados y recursos didácticos destruidos impiden que los centros puedan ofrecer un entorno seguro y motivador. “La reconstrucción emocional debe ir de la mano de la física. No se trata solo de muros y techos, sino de volver a crear un espacio donde se pueda aprender con dignidad”, explica Miguel Tortajada, responsable del programa Impulsa en España.

En este contexto, Ayuda en Acción ha intensificado su labor dentro de los centros educativos, adaptando sus intervenciones a las nuevas condiciones. El programa Impulsa actúa con un enfoque integral, combinando apoyo académico, acompañamiento emocional y actividades adaptadas a cada entorno. Se implementa tanto de forma presencial como online, en aulas formales y espacios informales, para responder a las realidades cambiantes de los alumnos.

Aunque la respuesta institucional y social ha permitido ciertos avances, el estado de muchos centros educativos en las zonas afectadas sigue siendo preocupante. Las infraestructuras dañadas, los recursos insuficientes y la falta de garantías para el próximo curso alimentan la preocupación entre docentes, familias y estudiantes. “La recuperación de espacios y la reposición de material son imprescindibles si queremos hablar de verdadera continuidad educativa”, insiste Tortajada.

La página web de Ayuda en Acción ha activado una campaña específica para apoyar la recuperación educativa. Porque mientras queden centros sin condiciones óptimas, el derecho a la educación de cientos de jóvenes seguirá en riesgo. Y sin una escuela en pie, no hay futuro que se sostenga.



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