Vaya forma más estridente de empezar las Fallas 2025. Que con la Proclamación tienen uno más de sus múltiples comienzos. Éste es uno de los más significados porque supone lo que está más que tipificado: subir la escalera -llena de mítica y mística-, entrar en la Casa de la Vila, saludar y recibir los honores de turno. Pero el día anterior se entregó un sobre con una invitación a las aguas del cielo, que decidieron caer de forma furiosa, a punto de echar a perder ese momento tan especial que es aparecer en público. No lo pudieron hacer los invitados: las fiestas hermanas, las falleras del año pasado y las falleras mayores de los últimos cinco años, que desfilaron desde debajo del balcón.

Pero cuando la lluvia se tomó un respiro, hubo tiempo para que la comitiva de 26 saliera presta y tuviera un pequeño baño de multitudes.

Después, lo previsto: la entrada en el Hemiciclo, por el que tantas han pasado a lo largo de la historia. Para ungirles con el título, acuñado por María José Catalá, de «guardianas del sentimiento», el de la fiesta.

«Va a ser un año impresionante, lo sabéis. Pero también va a ser muy complejo. No es fácil ser fallera mayor de València. Toda la familia se vuelca en este esfuerzo y yo lo sé, porque lo veo, que se hace sin desfallecer por ofrecer lo mejor por esta ciudad. Creo que hay que ponerlo en valor, hay que decirlo. Que dedican todo un año a la ciudad y para eso hay que valer y hay que esforzarse. Hay que levantarse cada mañana y sonreír aunque estés cansada. Por eso, antes de empezar, os doy las gracias por el trabajo que vais a hacer. Os vais a dejar la piel hasta que lleguéis al último metro de la ciudad o al último casal, o atendéis a la última persona que quiera hacerse una foto».

“Valencia no se entiende sin las Fallas

«Valencia no se entiende sin las Fallas. Son la explosión de alegría, esa que nos hace tan particulares y distintos. Y vosotras representáis la igualdad, el respeto y el empoderamiento. Seréis el espejo en que se verán muchas jóvenes, líderes de mañana. Debéis enarbolar nuestros valores y recibiréis el legado de vuestras antecesoras para una manifestación que es Patrimonio de la Humanidad».

Catalá tocó la fibra sensible porque tuvo un momento muy especial para los padres de Marina y María Estela. Hizo llorar a todos, padres e hijas, porque lo extendió a los padres de las cortes. Y eso, que no suele ocurrir, llega al corazón. «València les debe mucho a todas ellas. Habéis tejido con letras de oro algo que es muy importante: el legado de vuestro reinado». Vaya llorera que cogieron las falleras. «Gracias chicas, por vuestro trabajo».

Lucía se dirigió por primera vez para prometer que transmitirá «la pasión de los niños y niñas como han hecho Marina, María Estela y sus cortes de honor, que han sido nuestros grandes referentes. A partir de ahora nos esperan meses especiales. Que hoy sea el principio de un año de sueños cumplidos. Cada instante compartido quedará guardado como un tesoro».

Berta Peiró, entre hipos, nombro a todas las falleras de la corte y agradeció a su familia «por transmitirme el amor por nuestras raíces y a mi comisión, por vuestra estima y por acompañarme en este sueño que se hace realidad. Y a todos vosotros, los valencianos y valencianas, falleros y falleras, que hacen que cada día esta expresión de cultura, arte y germanor»

No había tiempo para más. La alcaldesa cerró el libro para abrir otro. «Continuamos haciendo historia. València renace para empezar un nuevo ciclo fallero». Y hoy empieza un nuevo día con sol. Esperemos.



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