El Valencia de Baraja es un equipo honrado, por más limitaciones que pueda tener. Y muy joven, ya lo sabemos, con todo lo que eso implica, que es mucho, y a veces, no nos queremos dar cuenta. Cuando tienes veintipocos años, muy pocos, cometes errores, que al final son la experiencia que tienes cuando eres más mayor, y que te permite crecer en el vida. No hace falta ser jugador de fútbol para que esto pase, basta con ser persona.
A este grupo le faltan veteranos, gente que aporte esos errores cometidos en su juventud para ir por el buen camino. Tenemos algunos, como Gayà y Jaume, que además son valencianos, valencianistas y capitanes, pero que han estado fuera del grupo por lesiones largas, y eso pasa factura, e influye, claro que influye. Les hemos hecho madurar a todos a una velocidad que no toca, cargando con el peso de un club gigante en horas bajas, y eso, tiene sus pegas.
Sí, estamos en sus manos, claro que estamos en sus manos, y por supuesto que es una sensación jodida, para ellos y para nosotros, mucho. Porque ellos también saben lo que les falta, que no son idiotas, pero como es lógico, no lo dirán, porque no es su trabajo. Vamos a confiar en ellos, por creencia total o porque no tenemos más remedio, me da igual, pero debemos hacerlo, y estoy seguro que ellos responderán con rendimiento.
Jorge Saénz (Tenerife, 27 años) tendrá la oportunidad el próximo viernes de medirse por primera vez en su carrera al Valencia, club por el que fichó en 2019 procedente del ‘Tete’, donde se crío, a cambio de una inversión interesante (se llegó a hablar de unos cuatro millones de euros por el 50% de su propiedad). Entonces uno de los centrales más prometedores de Segunda División, internacional Sub-21 que, pese a su buen rendimiento en la categoría de plata, se convirtió en un jugador invisible en los planes che. De hecho, no llegó a disputar ni un solo partido oficial con un club, el Valencia, que lo fue mandando a distintos destinos hasta que Leganés se cruzó en su carrera para convertirlo en una pieza clave en el ascenso a la élite y hombre llamado a tener peso en el retorno pepinero a Primera División.
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La suya fue una resurrección en parte provocada por la apuesta personal de Txema Indias, director deportivo del Lega. En el verano de 2022, Indias insistió en ficharlo en medio de un panorama complejo de fuertes ajustes económicos por un límite salarial sobrepasado. La suya no era una incorporación fácil porque, pese a no haber tenido regularidad en años anteriores, la media campaña que jugó cedido en el Mirandés (15 partidos desde enero de ese 2022), lo colocó de nuevo en el escaparate.
Insistencia pepinera
Con el Lega fue un fijo bien con Idiakez, bien con Carlos Martínez, y aunque el Leganés rozó de nuevo el descenso a Primera RFEF, dejó un poso de buen rendimiento que hizo que el Leganés redoblara la apuesta de Indias y buscara el más difícil todavía: ficharlo en propiedad y pese al supuesto interés de un Tenerife (su club de formación) que en verdad nunca llegó a presentar oferta en firme por él.
El Leganés logró firmarlo en propiedad a coste cero (inicialmente se filtró un pago de 400.000 euros) a cambio, eso sí, del pago de una cuantía que no se esclareció en caso de ascenso. Además, el Valencia se quedaba un porcentaje de un futuro traspaso. Jorge tuvo que renunciar al 40% del año que le quedaba con los che para acabar consolidándose en un proyecto que acabó siendo apuesta ganadora.
Sus 37 partidos y dos goles el curso pasado le valieron la condición de inamovible en la gesta del ascenso que, en el retorno a Primera, trata de mantener en pugna con la pizarra de Borja Jiménez. Con defensa de cinco ocupa el costado diestro de los tres centrales en el eje. Ahí está rindiendo a buen nivel, con sombras (un autogol ante el Athletic, el penalti del empate ante el Getafe) y luces (el gol en el derbi del Coliseum, el primero que marca en Primera) suficientes para hacerle sentir un central de élite, lo que el Valencia jamás le permitió.
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Jorge Saenz conecta el cabezazo con el que marcó el 0-1 en Getafe. CHEMA DIAZDiarioAS
Un escaparate de Primera
Pese a la inversión de su fichaje, en Mestalla lo cedieron primero al Celta (dos temporadas, 9 partidos condensados en la primera campaña) luego al Marítimo de Portugal (siete partidos en el primer tramo de temporada) y más tarde al Mirandés (enero de 2022) antes de acabar afincado en Butarque, donde se siente contento pese a que no ha terminado de tener, ahora en la élite, un partido 100% redondo.
“Es que esto es el fútbol. A veces tienes mala fortuna en una acción puntual y en otras sonríe. Yo no dejo de trabajar para intentar no cometer ningún error. Claro que me gustaría tener esos partidos totalmente redondos, pero esto es Primera División y el rival te exige a más nivel de lo que estábamos acostumbrados. Todo es cogerle el truco. Estamos en el camino. Yo también”, comentaba tras el 1-1 en Getafe minimizando los problemas en el hombro que, en pretemporada, lo lastraron.
“Sí, es verdad que fue un fastidio. De hecho, cuando comenzó la temporada, tenía alguna molestia. Pero esos dolores ya no me impiden al máximo nivel”, cuenta ilusionad por una campaña que espera que le pueda seguir cambiando la vida. Su contrato finaliza en 2025 y Jorge no duda de que el escaparate de Primera le podrá abrir oportunidades que el Valencia no le prestó.
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El gran problema del Valencia es el gol, y de delanteros vamos cortos. Esa es la doble situación que tiene el equipo de Baraja en este momento, porque con Duro recién salido de lesión, que veremos si está para más de media hora en San Sebastián, y Rafa Mir KO hasta después del parón porque su lesión, la que tenía antes de todo lo que pasó, no le deja volver, dejan un panorama en el que sólo Dani Gómez está al 100% físicamente.
El madrileño ha sido titular dos encuentros, con un gol y con la ocasión más clara del encuentro ante Osasuna. ¿Es suficiente? En casa ha sido al menos correcto, pero fuera, con el cambio del equipo y que los puntas tienen un rol distinto, vamos a verlo. Su especialidad es buscar la espalda rival, siempre al borde del fuera de juego (demasiadas en él), y se supone que es lo ideal para como vamos a jugar, pero claro, hay que ver cosas.
Que tengamos a los cinco extremos del equipo listos, algo que sólo ha pasado una vez en siete jornadas, también puede ser un cambio de dinámica, porque el Pipo tiene obsesión con ese tema, y hasta ahora había sido más pesadilla que otra cosa. Muchos minutos a mucho ritmo por fuera es lo que se busca, y para que el trabajo de los extremos tenga premio, en el área debe haber alguien que lo haga bueno. Nuestras armas, sin duda, parecen claras.
Giorgi Mamardashvili (23 años) celebró 100 partidos de Liga con el Valencia ante Osasuna. No fue un partido vistoso, pero el meta georgiano cumplió con su labor de dejar su puerta a cero. Por segunda jornada consecutiva, Giorgi blindó el marco blanquinegro. Encima, lo hizo con ojeadores del Liverpool, su club a partir de la próxima temporada, como testigos desde la grada de Mestalla.
Mamardashvili acumula 107 partidos con el Valencia entre todas las competiciones. Curiosamente, el georgiano cumplió el centenar de choques como blanquinegro en Balaídos, en la última jornada de la pasada temporada. Luego, cuajó una gran Eurocopa y el Liverpool, tras desembolsar 30 millones de euros más cinco en variables, le echó el lazo. El Valencia aceptó la oferta de Mamardashvili porque esta incluía la cesión por una temporada en la entidad blanquinegra.
El Liverpool tiene previsto ver en directo a Giorgi en varias ocasiones durante esta temporada porque le ha firmado hasta 2030. Tal y como avanzó Relevo, el club de Anfield estuvo en Mestalla el pasado martes viéndole desde la grada su evolución. El georgiano no tuvo mucho trabajo porque Osasuna solo le disparó en dos ocasiones y el meta intervino sin problemas.
Mamardashvili se marchó de Mestalla con unas sensaciones que hacía tiempo que no tenía. Y es que pudo dejar su puerta a cero tras no recibir gol frente a Girona y Osasuna. La última vez que consiguió eso el Valencia fue entre marzo y abril. Concretamente, el georgiano estuvo imbatido en tres partidos: Mallorca, Granada y Osasuna. Luego, llegó el carrusel de once partidos consecutivos en los que recibió, al menos, un gol. Cinco meses después, Mamardashvili y el Valencia empiezan a recuperar viejas sensaciones.
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