Mientras la dirección deportiva rastrea el mercado en busca de un lateral derecho que supla a Thierry Rendall, que se perderá toda la temporada por una lesión en el ligamento cruzado, Rubén Baraja prueba con distintas alternativas para esa zona. Dimitri Foulquier es, ahora mismo, el único futbolista específico para actuar en esa demarcación pero el Valencia jugará siete partidos (si pasa la ronda de Copa contra el Parla Escuela) de aquí a Navidad y habrá rotaciones.

Por eso, en estos días que el Valencia ha tenido para resetear la organización del juego, Rubén Baraja ha probado varios días la opción de Jesús Vázquez en el lateral derecho. Con Gayà totalmente recuperado, probablemente el de Pedreguer sea el dueño de esa posición. Y la opción de Vázquez, a pierna cambiada es una alternativa sólida para utilizarla en algunos partidos. De hecho, en el partido contra el Parla Escuela, de Copa del Rey, que se disputará el próximo martes puede ser el momento de probarlo en partido oficial.

Cuando se lesionó Thierry, Baraja contaba con Rubén Iranzo para cubrir las rotaciones de Foulquier. Pero el futbolista del Valencia también cayó lesionado muscularmente en la sesión del 4 de noviembre y estará un mes aproximadamente fuera de los terrenos de juego. Así que mientras Corona deshoja la margarita con el fichaje del lateral (Peter Lim ya ha dado el visto bueno), Baraja se debe inventar un jugador que actúe por ese costado. Y Jesús Vázquez tiene todas las papeletas.

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Rubén Baraja tendría que ser una figura intocable en el Valencia, al menos a nivel social. Por todo lo que fue primero, y por todo lo que es ahora. A nivel deportivo, pues oye, como todos, tiene días mejores y otros peores, unas veces acierta y otras no, para cabreo máximo suyo el primero, pero cuestionar al Pipo me parece una absoluta barbaridad, propia de aquellos que van con una antorcha y una lata de gasolina persiguiendo el momento de hacerlo prender todo.

En las últimas semanas he oído y he leído muchas burradas, pero muchas, aunque sigo sintiendo que Mestalla, donde está el corazón del valencianismo de verdad, respalda de una forma unánime a su entrenador. Pero los discursos se van armando, los relatos se van componiendo, es como si se fueran dando pasos para una puesta en escena y esperar, simplemente, el momento oportuno para que salgan los actores y terminar la faena.

Baraja ha puesto al Valencia por encima de todo, por encima de él mismo, aunque tengo claro que eso no se ve, o no se quiere ver. Porque ahora, pasado el tiempo, parece que cuando vino, en febrero de 2023, lo de salvarse fuera un paseo en barca, o el año pasado, luchando Europa casi hasta el final, lo “normal” para la plantilla que había. Y en este momento toca el discurso de “como tiene firmados dos años, le da igual”.

No se trata de conocer a Rubén o no, sino a Baraja, que “sólo” lleva 24 años aquí, y no decir estupideces de forma gratuita para sacar beneficio propio para causas personales. Me dirán algunos que escribo esto porque es mi amigo, y claro que lo es. Pero haría lo mismo por cualquiera como él en las mismas circunstancias. El problema viene en que no es que haya demasiados en más de 105 años de historia del Valencia, y eso parece que tampoco lo vemos

En el Valencia están pasando cosas maravillosas estos días. Muchas de ellas están pasando de puntillas, porque lo realmente importante está en otro sitio, en otro lugar, en otra esfera. Aunque también, porque ahora escucho mucho más la radio porque coger el coche implica más tiempo por los atascos que hay, escucho que sigue habiendo un sector notable del entorno al que le da igual lo que se haga, porque todo le viene mal.

Más allá de esto, que no pienso entrar en discutir ahora, porque no tengo ganas, fuerza y tiempo, lo que sí quiero destacar es lo que está haciendo la plantilla del Valencia con los capitanes al frente, y algunos que no lo son pero que están sumando como toca. La clave del año es hacer un grupo fuerte, como ocurrió el curso pasado, y eso es algo que nos está penalizando mucho esta campaña, porque entre unas cosas y otras, ya sabemos.

Esa fortaleza interna, que tanto se ha echado de menos, es algo que se está recuperando estos días con cuestiones que son ajenas al fútbol, como pasa tantas veces en un grupo de trabajo, al que se sacas de su hábitat parta mejorar, y lo consigues. Creo que vamos a volver distintos, todos, sin duda, pero en cuando a la plantilla del Valencia se refiere, intuyo que ese cambio va a ser a mejor, a mucho mejor, y es algo que tengo muchas ganas de ver.