El tiempo y los resultados dirán si Rubén Baraja termina triunfando en el banquillo del Valencia, de momento se le puede reprochar poco y se van cumpliendo objetivos (mínimos eso sí). Y es que el técnico ha refrendado el discurso del club más como escudo que por convicción real, Baraja quiere que la plantilla pueda superar las expectativas y aspire a más, los jugadores y el valencianismo están aprendiendo de él.
El compromiso y la actitud, innegociables
Ha sido la principal razón que ha provocado la salida de algunos futbolistas y la apuesta por los jóvenes. Jugar o entrenar al Valencia debe ser un privilegio y no una obligación.
Optimizar recursos
Seguir lamentando la mala planificación o la ausencia de más fichajes no lleva a ningún sitio. Baraja ha optado por la optimización de recursos y trabajar al máximo con los medios existentes.
La cantera como salvación
Fueron vitales para que el Valencia no descendiera la pasada temporada y Baraja está sacando lo mejor de unos jóvenes que están madurando a pasos agigantados.
Mestalla, cada vez más firme en su apoyo al equipo
Muy buenas asistencias a los partidos y comunión total con el equipo, Mestalla gana partidos y el apoyo no debe estar reñido con las protestas. Cada cosa a su tiempo.